Cuidados Básicos del Caballo

Cuidados básicos

10 cosas que debes saber para cuidar de tu caballo

A continuación te muestro 10 pautas a tener en cuenta si tienes un caballo.          ¡Muy atentos y toma nota!

1.   Observar a tu caballo a diario y de forma regular.

 Solamente tú serás capaz de identificar cambios en su comportamiento, su actitud o en su condición corporal.

Con la observación no solamente nos referimos a observar al animal si no también es muy importante observar el entorno. Limpiar el comedero y el bebedero a diario, de manera que podamos ver si ha estercolado en alguno de ellos y no pueda comer o beber.

Nos fijaremos en el estado del establo o campo donde pase la noche nuestro animal, que no haya ninguna tabla suelta o algún hierro que le pueda dañar.

Observaremos también si nuestro caballo se ha comido su alimento de forma habitual. Sabemos que hay caballos que comen mas despacio que otros o incluso que no se terminan el forraje. Si no es así, debemos saber porque nuestro caballo no se ha comido su alimento. Empezaremos a descartar las causas mas normales en las que el caballo no está enfermo como puede ser, la falta de agua, la comida en mal estado o el comedero sucio o el horario. Los caballos son animales muy rutinarios y un simple cambio de hora les puede estresar y hacer que el caballo pierda el apetito. En este ultimo caso pasearemos a nuestro caballo ofreciéndole alimentos mas llamativos para el y si el problema persiste, descartaremos esta opción ya que el animal es posible que esté enfermo. En el caso de que el caballo presente una actitud apática o inquieta y no haya comido, es hora de llamar al veterinario, retirar la comida y pasear al caballo hasta la llegada del especialista

 

2.   Alimento de calidad

Ofrecer a nuestro caballo un alimento rico en nutrientes y de calidad será nuestra responsabilidad, ya que la salud nutricional depende plenamente de nuestro caballo.

Elegiremos un pienso adecuado a sus necesidades de trabajo y de edad, evitando piensos compuestos únicamente de forrajes prensados (pelet). Además del pienso, nuestro caballo deberá tener un aporte diario de forraje, cuidando también su calidad y descartando forrajes con mucho polvo o moho que puedan afectar a la salud de nuestro caballo.

En animales estabulados, fracciona el alimento un mínimo de 2 veces al día. Piensa que el caballo está diseñado para comer unas 16 horas al día, esto implica que su intestino es vulnerable a sufrir cólicos con una alimentación abundante en poco tiempo.

 

3.    Agua fresca y limpia.

Los caballos son animales que necesitan tener el agua limpia y fresca. Un caballo puede morir de sed si su bebedero está sucio, por eso es tan importante la limpieza de los bebederos, tanto si son automáticos como si son de llenado manual.

Los bidones o bañeras o cualquier otro recipiente de gran capacidad hay que mantenerlo con una higiene constante. Son muchos los caballos que en este tipo de recipientes remojan su forraje, dejando residuos al fondo del recipiente que pueden fermentar e intoxicar a nuestro caballo.

 

4.   Ejercicio

El caballo es un animal activo que de forma natural pasaría el día caminando mientras se alimenta, por ello, el ejercicio es imprescindible para su bienestar físico y mental. Lo ideal sería que nuestros caballos estuvieran sueltos todo el día, disfrutando de grandes extensiones de terreno donde pastar e interaccionar entre ellos. Lamentablemente esta situación no es la habitual en las instalaciones donde albergamos a nuestros caballos. Por ello debemos garantizar si nuestro caballo está alojado en una cuadra que todos los días salga a caminar, correr y pasear al aire libre. Este ejercicio puede ser desde soltarlo en una pista o prado a dar un paseo por el campo con su jinete o trabajar un rato en la pista.

 

 

5.   Cepillado y aseo

La importancia del cepillado reside en observar cualquier cambio en su piel. De este modo también estimularás la circulación sanguínea y la salud de la piel. Además aprovecha esta maniobra para buscar cualquier masa o crecimiento inusual desde la cabeza hasta a la cola, revisando debajo del maslo y con especial atención a los de capa torda. Ten en cuenta que los caballos más viejos son propensos a la aparición de tumores.

Cualquier reacción alérgica al forraje o al polen o a picaduras debe ser tratada cuanto antes, por eso revisaremos a diario el estado de su pelaje.

 

6.   El herrador.

El cambio de herraduras lo haremos cada 6 u 8 semanas dependiendo de cada caballo.

Aunque es poco frecuente montar caballos de edades más avanzadas, es muy importante recortar los cascos. Los caballos geriátricos son menos tolerantes a las tensiones de su sistema músculo esquelético impuestas por un pie largo, un pie extendido o un aplomo descuidado.

 

7.   El cuidado de los dientes

Un examen periódico cada 6 meses con un especialista nos ayudará a mantener la boca de nuestro caballo sana. El limado de puntas que puedan dañar su parte interna de la boca ayudará a que nuestro caballo coma sin dolor.

Si observamos que nuestro caballo hace gestos raros o inusuales cuando come abriendo mucho la mandíbula, es posible que tenga algún problema dental y habrá que llamar al especialista, ya que una simple espiga del forraje puede generar una grave infección.

En los caballos jóvenes nos aseguraremos que pierde de manera correcta todas las piezas de leche y el crecimiento de los dientes es el adecuado y en los caballos mayores nos aseguraremos que la mascada sea la correcta.

 

8.   Atención veterinaria

De igual modo que el dentista, es importante un seguimiento veterinario. Planificar un calendario de vacunación adecuado a la edad y un programa de desparasitación. Busca un veterinario de confianza al que puedas localizar en caso de surgir alguna duda sobre comportamiento o alimentación de tu caballo.

No está de más hacer una revisión completa anual a los caballos mayores para asegurarnos que sus valores nutricionales siguen siendo regulares.

Es importante acudir al veterinario en caso de cualquier síntoma de posible enfermedad y recabar información valiosa desde el primer momento que pueda ayudar al veterinario mientras éste puede acudir. Anota toda esta información antes de llamar al veterinario y así avanzaremos en el posible diagnóstico.

 

9.   Calendario de tareas

Debes anotar en tu calendario los cuidados que se salen de la rutina.

Anota en este calendario, el día de cada mes cuando pagas tu pupilaje, la llamada al herrador cada 6/8 semanas, desparasita cada 3 o 4 meses (según recomendación veterinaria), planifica la visita del dentista cada 6 meses o cada año y la revisión veterinaria junto con el plan de vacunación.

De este modo si tu caballo sufre alguna enfermedad, podrás informar a tu veterinario sobre sus últimas vacunas, desparasitaciones o lo que sea necesario.

 

10. Respeta a tu compañero.

 

Ser consciente de un exceso de trabajo a tiempo puede evitarte muchos problemas. Hay varios signos que te indicarán su cansancio o agotamiento. Relaciónate con él, no solamente para trabajar, si no también para cuidarlo y quererlo. Se agradecido con todo lo que te da sin pedir nada a cambio.

 

 

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